No perecederos

Se tratan de aquellos alimentos que no se echan a perder fácilmente y que, en cambio, podemos tener en nuestra despensa por bastante tiempo. Tampoco necesitan ser refrigerados.
Semiperecederos

Son aquellos en los que el deterioro depende de la humedad del aire y de la calidad microbiana del mismo. Ejemplos de estos son los frutos secos, los tubérculos y otros vegetales
perecederos
Perecederos
Son aquellos que comienzan una descomposición de forma sencilla. Agentes como la temperatura, la humedad o la presión son determinantes para que el alimento comience su deterioro.